A diario coincidimos con muchas personas. Con algunas de ellas entramos en contacto, bien a través de un saludo en el ascensor, al realizar una compra en un establecimiento, en el transcurso de una reunión de trabajo, paseando a nuestro perro, al compartir una clase, en el gimnasio o esperando en una fila para adquirir las entradas de un concierto. Pero sólo con una mínima parte establecemos una relación que nos permita obtener un conocimiento suficiente que propicie el desarrollo de vínculos interpersonales más profundos.
En ese ciclo multicapa en el que progresan nuestras relaciones sociales vamos descubriendo a nuevos seres humanos. Algunos son realmente extraordinarios. Aparecen y discurren por nuestra vida en un momento determinado. Y al entrar en contacto con nuestra realidad incluso llegan a cautivarnos con alguna de las cualidades que atesoran. En ese momento es cuando surge la oportunidad de aprehender ese valor y transformarnos en alguien mejor.
La clave está en identificar la virtud en los demás y atrapar con fuerza cada instante en el que transcurre nuestra relación con ellos, convirtiéndolo así en algo especial.
Enfoque positivo
Suelo utilizar un truco que me proporciona grandes resultados en este campo. Busco en las personas con las que interactúo diariamente, al menos una cualidad o virtud que me sirva de referencia para aplicarla en mi propia vida. A este ejercicio le denomino enfoque positivo.
Me fascina descubrir que detrás de un nombre propio y de unas características físicas, que permiten describir a mi interlocutor, afloran valores como la generosidad, la bondad, la capacidad de sacrificio, la honestidad, la tolerancia, la sinceridad, el autodominio, la responsabilidad o la lealtad, entre otros muchos. Cada persona tiene, al menos, una virtud elevada a la máxima potencia.
Las personas somos semejantes a los diamantes en bruto porque bajo el aspecto exterior hay cualidades potenciales muy valiosas que deben explorarse y hacer que brillen. En algunos casos sólo hay que rascar un poquito para encontrar un gran tesoro. En otros, sin embargo, hace falta mucho más tiempo y grandes dosis de paciencia. Pero al final, siempre hay algo positivo en lo que fijarse.
A las personas con las que no sintonizamos o con las que nos resulta muy difícil establecer una relación interpersonal satisfactoria, las suelo denominar obstáculos. Aplicar nuestro enfoque positivo al entrar en contacto con estas personas nos ayuda a superar cualquier dificultad, consciente o subconsciente, que ello nos produzca. Superar con éxito los obstáculos nos hace más fuertes y resistentes.
Una anécdota. Cada vez que alguno de nuestros hijos emite alguna crítica de otra persona de su entorno, mi mujer y yo le pedimos que la acompañe de tres virtudes que les parecen extraordinarias en esa misma persona. Es increíble ver como, hasta un niño, consigue establecer un enfoque positivo que resulta altamente enriquecedor en sus relaciones interpersonales. De este modo, sus amigos son menos complicados, sus profesores menos villanos y su familia les resulta más interesante.
Educar a través de la empatía ayuda a reconocer y comprender las circunstancias, sentimientos y motivaciones que inducen las opiniones y actitudes de las personas con las que nos relacionamos.
Atrapar el valor
A lo largo de mi vida he conocido a muchas personas a las que he admirado y querido. Con algunas sigo manteniendo relación, con otras perdí el contacto hace mucho tiempo y otros, desgraciadamente, se fueron para siempre. Tomar sus virtudes como modelo me permitió descubrir su enorme calidad humana y disfrutar de un valioso legado, lo que les ha perpetuado en mi memoria.
Atrapar su valor significa captar la esencia de otra persona y esforzarse por intentar potenciar, en uno mismo, aquella cualidad que le hace especial.
Identificar a cada persona con su valor predominante es una buena forma de recordar a personas que han pasado por tu vida y ya no están o que no las vuelves a ver por diferentes circunstancias. Si se convierte en un referente en esa cualidad, siempre será recordada y querida.
A todas esas personas que van dejando huella en nuestra existencia y que, con su ejemplo, nos ayudan a crecer como persona, yo les llamo ángeles, porque son una poderosa inspiración para nuestras vidas y una fuente de renovación de todas nuestras motivaciones y aspiraciones.
¿Quién dijo que los ángeles no existen?
Phoenix dice
Muy bueno Javier. Creo que necesitaba leerte, esta mañana recibí el mail con tu nuevo post y lo a cabo de leer ahora mismo. Aplicaré en enfoque positivo ya!
Un fuete abrazo!
Carlos del Val.
Clara dice
Que bueno es leerte Javier! y que reflexión más bonita y sabia has hecho! efectivamente a nuestro alrededor tenemos «ángeles» que nos aportan grandes cosas a diario…, ¡cuánto se aprende de las personas que tienes al lado! y que bien te hacen para crecer como persona! un beso enorme desde el otro lado del charco!
SUSANA dice
Tienes toda la razon los angeles siempre estan a nuestro alrededor, aunque a veces se disfracen de amigos, familia, vecinos, conocidos…o solo personas. No nos damos cuenta de que con un simple gesto nuestra vida puede cambiar y entonces es cuando reflexionamos y los vemos, a nuestros «angeles particulares».
Jaime dice
Al leer tus posts, siempre se sacan enseñanzas, sea de la materia que sea. Es verdad que en nuestro alrededor de cada día existen gran variedad de ángeles que no siempre nos apercibimos que han entrado en nuestras relaciones interpersonales. Cuando se llegan a crear vínculos algo más intensos con estos ángeles, una vez superada la empatía, aparece como por arte de magia la amistad (es la forma grandiosa de ser adulto y la forma adulta de ser excelente)entonces estos ángeles no es que sólo existen sino que van a formar parte de nuestro presente y si las relaciones persisten, también de nuestro futuro. Para mí, estos ángeles existen y además tienen mucha importancia en el vivir de cada día.
Saludos.
Jaime
Belen dice
Ya sabes que soy un fans tuya. Gracias Javier 😉
LOLA MONTULL dice
Bien Javier…. Es una delicia leer tus escritos, siempre se aprede alguna cosa. un saludo.LOLA.