Cada institución se organiza en torno a unos objetivos y prioridades determinados. Además de prestar un conjunto de servicios a sus asociados, les protegen del intrusismo y de la competencia desleal y actúan como lobbies ante la Administración.
A pesar de que existen instituciones con una larga trayectoria que han conseguido cohesionar a sus asociados, este modelo de asociacionismo se está debilitando por diferentes motivos. Los más habituales son el individualismo y atomización de los intereses de sus asociados, el excesivo número de instituciones existentes, la falta de definición de objetivos, la ineficacia de sus mecanismos internos de gestión, no disponer de recursos suficientes, carecer de información actualizada de la evolución de su sector por no destinar los recursos necesarios a la investigación, tener sistemas de financiación que dependen de aportaciones externas (fundamentalmente de subvenciones de la Administración), la concentración de poder en determinadas personas que limitan la renovación interna, la politización de algunos dirigentes, el acomodamiento, la falta de profesionalización y el bajo nivel formativo de algunos gestores, priorizar intereses particulares sobre los intereses colectivos, la excesiva burocracia interna y la escasa transparencia de la gestión.
En consecuencia, muchas de estas instituciones están muy distantes de la realidad y de las necesidades de sus asociados, lo que se traduce en una representación deficiente y en una escasa eficacia en la defensa del los intereses del colectivo, dando lugar a instituciones parasitarias, representadas por gestores parásitos, que se enriquecen a costa de sus confiados asociados o incautos componentes.
Asocia-acción para reinventar el modelo asociacionista
Urge renovar o eliminar todas aquellas asociaciones, federaciones o instituciones que no aporten un valor tangible a sus componentes y actúen como una auténtica red de valor. Este es el mejor momento para cuestionar la validez de los modelos existentes y plantearse firmemente una profunda renovación de todos aquellos organismos que, basándose en la cooperación, han quedado anquilosados en el pasado o incapaces de dar respuesta a las necesidades actuales de sus componentes.
Hay que pasar a la acción y adoptar decisiones firmes para reinventar el asociacionismo. Esa evolución, a la que denomino asocia-acción, debe realizarse a partir de las siguientes premisas:
- sólo deben existir las instituciones o entidades necesarias,
- deben estar saneadas económicamente,
- tienen que financiarse en su mayor parte por las cuotas de sus socios,
- deben aportar información actualizada de su sector o de su ámbito de actividad,
- deben gestionar el conocimiento que atesora el colectivo al que representan,
- sus dirigentes y gestores deben estar plenamente comprometidos y ser resolutivos ante problemas y amenazas,
- establecer relaciones abiertas y sinceras con instituciones públicas y privadas, incluida la Administración,
- fomentar el networking entre todos sus componentes,
- trabajar conforme a un plan estratégico, previamente diseñado, y en el que se incluyan objetivos, estrategias y planes de acción destinados a favorecer la competitividad de sus asociados ante las amenazas y oportunidades del sector o sectores en los que prestan sus servicios.
Si queremos fortalecer organismos empresariales e institucionales que actúen realmente en defensa de los intereses comunes de los asociados a quienes representan, en lugar de hacerlo “en defensa propia”, debemos erradicar cualquier enfoque que no potencie el asociacionismo a través de la acción honesta y eficaz.
Ana Sa dice
Hola Javier,
Como presidenta de AMAPA, asociación de medios y agencias de publicidad de Aragón, coincido plenamente con tu opinión.
En nuestro sector confluyen unos momentos duros de crisis y un cambio de era en la comunicación y la publicidad…así que necesitamos replantear el modelo de negocio, de la mayor parte de nuestros socios, agencias de publicidad y defendernos del intrusismo profesional…
Nos encantaría Javier, que gente como tú, participe activamente en nuestra asociación,
un abrazo
Gabriel Garcia dice
Apreciado Javier, como bien sabes no soy partidario de dejar comentarios en tu blog ya que te los hago directamente a tí, pero en este caso estoy totalmente de acuerdo con tus comentarios y el gran problema que tenemos en los grupo tal y como tu indicas no es mas que los intereses personales de algunos de las individuos que los componen y no dejan avanzar a los demas
en estos momentos el sector grupos necesita grandes profesionales al frente que miren y velen por los interese generales de todos, no por los personales..
Ya sabes lo que siempre he opinado, necesitamos muchos profesionales como tú y algunas otras personas que están en el anonimato pero efectuando una gran labor que nadie ve y pocos reconocen
Un Fuerte Abrazo
Alejandro Gómez dice
Una vez más, Javier, has dado en el clavo.
No conozco muchas asociaciones de este tipo que sean realmente útiles ni para sus asociados, ni para su sector ni para la sociedad. Esto no significa que no las haya, por supuesto, pero la mayoría presentan muchos de los síntomas de ineficiencia que describes.
Además se trata de un mal endémico en este país, donde cualquier tipo de organización que connote «asociación» o «conjunto de» suele ser tremendamente deficitaria en cuanto al cumplimiento de sus verdaderas funciones. Un ejemplo es que si en lugar de instituciones empresariales hubieras nombrado Diputaciones, sindicatos, comisiones de…, o muchas otras cosas, el resto del artículo sería igual de válido.
No se trata, en mi opinión, de buscar soluciones anarquistas, no estoy en contra de muchas de ellas, sino de dar verdadero sentido y protagonismo a aquellas asociaciones que realmente sean o puedan ser útiles.
Un abrazo y gracias una vez más por ilustrarnos.
Alejandro