El tiempo, nuestro mayor regalo, se ha convertido en portada de todos los periódicos desde que la Unión Europea decidió realizar una consulta pública entre sus ciudadanos para decidir si se modifica el horario de verano o si se mantiene siempre el mismo horario, son realizar los dos cambios anuales para adaptarnos a la evolución de la luz diurna.
Hay países que vienen aplicando estos cambios desde alguna de las grandes guerras y otros desde la década de los setenta. Cada uno tiene sus propios motivos: ahorro de energía, aprovechamiento del tiempo de ocio, la seguridad o la mera adaptación de costumbres de la comunidad internacional de la que formamos parte.
En el caso de España, se da la circunstancia, además, de que estamos en un huso horario que no nos corresponde, dado que en la Segunda Guerra Mundial nuestro país se adaptó al huso horario de Europa Central, a pesar de que el meridiano de Greenwich atraviesa nuestra geografía. Volver a nuestro huso natural tendría muchas ventajas en cuanto a la racionalización y conciliación de horarios, siempre y cuando vaya acompañado de un cambio de costumbres en horarios de trabajo, ocio y descanso.
Parece que, ante el interés creciente de una parte de la población, y aun si tener claros los argumentos que justifiquen dicho cambio, nuestros políticos, tanto europeos como españoles, se están planteando valorar ese bien preciado que es el tiempo, y buscar soluciones para que los ciudadanos puedan racionalizarlo y exprimirlo de la mejor forma posible.
El tiempo es oro
Un hoy vale por dos mañanas. Así definía Benjamín Franklin la importancia de exprimir nuestro presente.
Tendemos a creer que dominamos el tiempo, pero en realidad, vivimos devorados por las circunstancias que nos rodean y por los horarios que nos imponen desde el momento en el que el despertador nos obliga a saltar de la cama hasta que finaliza, a horas intempestivas, el programa de televisión que nos distrae o el partido del equipo que nos hace sufrir.
Entre tanto, prisas para llegar a nuestro lugar de trabajo, tareas que se suceden a toda velocidad, escaso tiempo para llevarnos algo de comida a la boca, llamadas de teléfono que se prolongan más de lo deseado, correos electrónicos que hay que responder antes de que se pierdan para siempre en el buzón del olvido, atascos para volver a casa antes de que nuestros hijos se vayan a dormir y una cena rápida mientras nos enganchamos a la pantalla que acabará de matar nuestro día,… otro día más. Y otro día menos.
Dominar el tiempo es dominar nuestra vida. Debemos marcarnos sencillas rutinas que nos permitan hacer ejercicio físico a diario, desarrollarnos intelectualmente a través de la lectura o la realización de cursos o actividades que mejoren nuestras habilidades, disfrutar de nuestra familia o relacionarnos con nuestros seres queridos, amigos y la sociedad que nos rodea.
Es el primer paso para comenzar a ejercer un verdadero control sobre el tiempo que recibimos gratis cada día… 24 horas. Una parte es para descansar y reponer energías, otra para trabajar, en el caso de las personas en activo, y el resto es para vivir con intensidad.
Organízate para que otros no se aprovechen de tu tiempo.
Quince años luchando por el tiempo
ARHOE, la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles, fundada en 2003, es una organización sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es concienciar a la sociedad sobre el valor del tiempo y la importancia de gestionarlo convenientemente.
Está compuesta por los representantes de 135 instituciones y entidades: ministerios, comunidades autónomas, universidades, organizaciones empresariales, sindicales y sociales, y miembros destacados de la sociedad civil.
En estos quince años de andadura, esta institución ha realizado una intensa actividad dirigida a los diferentes estamentos de la sociedad española con el fin de sensibilizarlos acerca de la necesidad de modificar nuestros hábitos para gestionar eficientemente el tiempo, racionalizar los horarios de nuestro país y hacerlos converger con los de los demás países de la Unión Europea.
Resulta preocupante que, a pesar de trabajar más horas que en el resto de países europeos, tenemos una de las tasas de productividad más bajas del continente.
Una profunda modificación de los horarios en nuestro país contribuirá a que los españoles logremos conciliar nuestra vida familiar y laboral, incrementemos nuestra productividad y mejoremos nuestra calidad de vida, y en consecuencia, seamos más competitivos y más felices.
Manifiesto del tiempo
ARHOE ha elaborado un manifiesto en el que se recogen los aspectos que deben tenerse en cuenta para utilizar mejor nuestro tiempo:
- El tiempo es un bien único e insustituible, al que debemos dar el máximo valor.
- Debemos respetar el tiempo de los demás porque vale tanto como el nuestro.
- La puntualidad ha de ser un principio ético que guíe nuestra conducta.
- Para hacer un mejor uso del tiempo es imprescindible que en España cambiemos nuestros horarios.
- Los padres y madres deben disponer de tiempo para convivir y dialogar con sus hijos, interesarse por sus sentimientos y sus problemas, y ofrecerles un sólido apego.
- Es necesario disponer de tiempo para dormir, porque dormir bien es vivir mejor.
- Es necesario educar a la juventud en valores tales como la solidaridad, la tolerancia, el respeto, el esfuerzo y la igualdad entre la mujer y el hombre, además de subrayarles la importancia de hacer un buen uso del tiempo.
- A las personas se les ha de valorar por sus resultados, ya que las horas de presencia no garantizan una mayor eficiencia.
- Las jornadas laborales prolongadas perjudican la calidad de vida de los empleados y no son rentables para las empresas.
- La relación entre la dirección y el personal colaborador ha de estar sustentada en conseguir resultados y basarse en la confianza y el compromiso, y no sólo en el cumplimiento estricto del horario.
- Las iniciativas de racionalización y flexibilización de horarios permiten a los empleados atender adecuadamente su vida privada, con lo que se encuentran con más motivación y más lealtad a su empresa.
- Los horarios comerciales deben ser flexibles en beneficio de todos, sin perjuicio de que los trabajadores del sector dispongan de su tiempo de descanso y de ocio.
- La radio, la televisión y los espectáculos deben ajustar su programación a unos horarios racionales.
Este manifiesto ha sido apoyado por numerosas personalidades y entidades representativas de la sociedad española, como el cocinero Ferrán Adriá, el exjugador del Real Madrid y hoy director de Relaciones Institucionales de dicho club, Emilio Butragueño, el cantante Rafael Martos (Raphael), el escritor, economista y divulgador científico Eduardo Punset, Margarita Salas Falguera, científica e investigadora, la periodista y escritora Natalia Figueroa, Ana Bujaldón, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas y Profesionales (FEDEPE), Antonio Garrigues Walker, presidente de honor de Garrigues, Felipe González, presidente del Gobierno (1982-1996) y secretario general del PSOE (1974-1997), María Dolores de Cospedal, exsecretaria general del Partido Popular, la escritora Carmen Posadas, el bioquímico Santiago Grisolía, Javier Cremades, presidente y fundador del bufete Cremades & Calvo-Sotelo, Lorenzo Amor, presidente de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos), Elsa González, presidenta de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) y un largo etcétera.
Ya era hora…
Ya era hora de que desde los diferentes estamentos de nuestra sociedad empezáramos a tomar conciencia del valor que tiene nuestro tiempo, un regalo que habitualmente no apreciamos y que, sólo cuando surgen dificultades comprendemos la importancia que tiene hacer un buen uso del mismo.
Adecuar los horarios a los del resto de la Unión Europea o modificar el huso horario de nuestro país depende de nuestros gobernantes, pero modificar el aprovechamiento que hacemos del tiempo disponible depende de cada uno de nosotros, así como optimizar nuestra productividad en el entorno laboral y no desperdiciar el resto del tiempo disponible en nuestro entorno personal.
Definiendo en qué queremos invertir nuestra vida será más fácil identificar los ladrones de tiempo que saquean nuestro día a día y evitaremos las distracciones que nos impiden alcanzar nuestros respectivos objetivos vitales.
Parafraseando a Charles Chaplin, el mágico Charlot, el tiempo es el mejor autor, ya que siempre encuentra un final perfecto.
Por eso, y como no quiero abusar más de tu valioso tiempo, aquí doy por finalizado este post. Espero que su lectura te haya aportado valor, pero todavía me alegraría más que después de leerlo disfrutes de cada instante que te queda por vivir.
Gracias por tu tiempo.
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