Se acerca la Navidad. En breve cerraremos un año bisiesto cargado de muerte, dolor y ruina. Ya lo dice el refrán popular, “año bisiesto, año siniestro”. Desde la Roma de Julio César, los años bisiestos se asocian a tragedias, catástrofes o desaparición de personalidades emblemáticas. El 2020 ha sido un año para olvidar, o mejor aún, un año para enviarlo directamente a la mierda.
Todos somos conscientes de que estas fechas van a ser muy distintas a las celebraciones que todos conocemos. No habrá abrazos de familiares, amigos o compañeros de trabajo. No habrá largos viajes para el reencuentro, ni fiestas multitudinarias hasta el amanecer, ni risas por las calles, ni confeti en las casas, ni villancicos sonando en todos los comercios. La blanca Navidad se ha teñido de un gris demasiado oscuro.
El alivio de quienes han esquivado al virus o sus efectos se entremezclará, irremediablemente, con la rabia de ver sufrir a tantos seres humanos en todo el mundo, con el miedo ante la incertidumbre del futuro más inmediato y con la vergonzosa desilusión de ver a una clase política cortoplacista incapaz de hacer un frente común para superar esta situación de crisis.
Algunas marcas, como Campofrío o Sidra El Gaitero, han sabido interpretar a la perfección el sentir de los ciudadanos y han lanzado en sus campañas navideñas un mensaje claro para este año: ¡Que le den!
¡Que le den a la muerte!
La primera, Campofrío, ya nos tiene acostumbrados a mensajes, en clave de humor e ironía, muy vinculados a la vida diaria de los españoles. Desde hace 10 años, lleva animándonos a no dejar que “nada nos quite nuestra manera de disfrutar de la vida”. Campañas como “Cómicos” (2011), “El currículum de todos” (2012) o “Hijos del entendimiento” (2016) siempre han ahondado en tocar el corazón de los españoles y minimizar nuestros problemas reales e incluso nuestras diferencias a través del humor. Y en todas ellas ha habido siempre un espacio para el recuerdo emocionado, pero alegre, de aquellas personas que, aunque se fueron, siguen estando presentes para todos.
Quizás por eso, en este año de pandemia, mascarillas, confinamientos y distancia social, la campaña “D.E.V. (Disfrute en vida)”, es un mensaje de optimismo y esperanza que pone en valor las cosas sencillas de la vida cotidiana y la importancia que tiene saber disfrutarlas. El reencuentro de las familias en el confinamiento, las reuniones de amigos, el deporte, los héroes del año (nuestros sanitarios) o las diferencias continuas de nuestros políticos son situaciones por las que transita Enrique San Francisco ataviado de La Parca, la personificación de la muerte, antes de reencontrarse con sus compañeros de historia en la cima de Montserrat en Barcelona.
Un año más, se cuenta con un elenco de artistas fantástico entre los que se encuentran, Andreu Buenafuente, Silvia Abril, Juan Echanove, María Galiana, Jaime Rhodes o Raúl Gómez. Y un año más, hay un guiño emocionado y sensible para aquellos que nos dejaron, como Michael Robinson, Pau Donés o las decenas de miles de víctimas que ha ocasionado este maldito virus.
Aunque en el spot no se habla de ello, Campofrío ha sido una marca muy activa y solidaria durante todo este año, a través de proyectos como “Food4drivers” (entrega de lotes de alimentación para conductores), “Snack para valientes” (bolsas solidarias para personal sanitario), con donaciones de producto (más de 50.000 kg.) a instituciones y asociaciones para ayudar a colectivos vulnerables, y con la cooperación en el desarrollo pantallas de protección facial en impresión 3D para hospitales, residencias, centros de salud y fuerzas de seguridad. Una clara prueba de que Campofrío se toma el humor muy en serio.
Ideada por McCann Worldgroup y producida por La Joya Producciones, bajo la dirección de Paco Plaza y Daniel Sánchez Arévalo, la campaña D.E.V es un recuerdo “a los que se fueron” y un llamamiento para “todos los que siguen intentando cada día disfrutar del regalo de la vida”.
¡Que le den a 2020!
La segunda campaña que está despertando una sonrisa cómplice es la de Sidra El Gaitero. La empresa asturiana se ha atrevido a ponerle voz al brindis que todos deseamos hacer esta Navidad: ¡Que le den a 2020!
La frase nace en boca de la abuela de la familia, que se convierte de este modo en la representante de todos nuestros mayores, los que más han sufrido los efectos de la pandemia. El gesto de acariciar dos alianzas al principio del spot es un claro guiño a la ausencia que provocará la pérdida de seres queridos en miles de hogares de nuestro país durante las celebraciones navideñas.
La hija, que sigue la cena a través de videollamada, ya que posiblemente se encuentre realizando sus estudios en otro país, sirve para acercarnos a quienes tendrán que seguir en remoto la cena de sus familias desde miles de kilómetros por culpa de los confinamientos, las restricciones y de las lógicas recomendaciones para no desplazarnos este año. Toca ser responsables. Pero duele mucho.
Sidra El Gaitero, que lleva 130 años, acompañando las celebraciones familiares de miles de familias, se despide de 2020 dejando de lado los eufemismos y hablando muy claro acerca de lo que ha supuesto este año en nuestras vidas.
La empresa también ha tenido un papel muy activo y solidario a través de diversas donaciones a través de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Cruz Roja y Banco de Alimentos, además de la participación en el movimiento #DamosLaCara junto con otras empresas asturianas y más de 1.400 empresas familiares en todo el país, y cuyo objetivo consiste en desarrollar estrategias para mantener el empleo y minimizar el impacto económico del Covid-19.
La campaña ideada por la agencia Rosebud, ha puesto en boca de esta familia un deseo que está en la mente de todos: ¡Que le den al 2020! #Queledenal2020
¡Que le den a todo lo malo!
Campañas creativas y sinceras que ponen en valor nuestra creatividad, nuestro sentido del humor y la resiliencia de un país que siempre ha sabido responder en los momentos más difíciles y levantarse de sus tropiezos.
Por eso, quiero aprovechar este post para decir alto y fuerte ¡que le den!, que le den a todo lo malo y que les den a los que lo empeoran. Pase lo que pase, lo superaremos. Y pase lo que pase, la Navidad siempre será tiempo de reencuentro, físico o virtual, de celebración, desatada o contenida, y de recuerdo, para añorar a los que no están y para no olvidarnos de querer a quienes sí están.
Feliz Navidad a todos!!!
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